Estos coches de origen belga dieron, y aun dan, servicio incansable bajo la AV Rivadavia de Buenos Aires, y no tienen nada que envidiar en regularidad a los nuevos coches que circulan por otras líneas de la capital Argentina.
Los porteños lo adoptamos como un icono de nuestra ciudad, todos aquellos que los conocen los recuerdan con cariño y los turistas lo buscan como parte del circuito turístico de la ciudad.
Muchos quisiéramos que no los saquen nunca de circulación, y todos coinciden en que, al menos, los fines de semana circulen algunas formaciones bien mantenidas con fines turísticos.
El tema que según parece sus días están contados y los sucesores de estos nobles belgas serán coches de fabricación china.
En mi imaginación y a modo de no perder la mística que nos dejan estos trenes en su inseparable línea A, es que los coches que vengan, de donde sea, mantengan algo de su fisonomía, la personalidad, o algo identificable de estos centenarios coches de metro.
Esto mismo ocurre en otras industrias como la automotriz y casos como el del Mini Cooper, New Beetle, FIAT 500, entre otros diseños retro con toda la tecnología y diseño actual.
A continuación una foto comparativa de los viejos coches belgas y los nuevos chinos pero con un toque que les doy dejando el sello bien ganado de la imagen eterna de los querido subtes belgas de nuestra línea A.
Lic.Guillermo Robino
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