En una nueva era de accidentes ferroviarios donde se pone en juicio el accionar de empresarios, operadores, maquinistas, políticos, sindicatos y fallas técnicas. En estas últimas casi siempre detrás también está el factor humano, si un material falla es porque se fabrico mal o no se cambio a tiempo.
Podemos hablar de países, como el nuestro, donde muchas cosas no funcionan, pero en Suiza?, Francia?, Alemania?, España?, etc… Parecería que los accidentes, y la magnitud de los mismos, son proporcionales a la corrupción del país, pero por lo visto, esto no siempre es tan así…
Creo que en el accidente de Galicia, España, se manifestó algo interesante y es la aceptación del error, al menos por parte de una de las partes de los principales involucrados del hecho. Luego de lo ocurrido y con lo peor de manifiesto es donde comienzan a rodar versiones y cruces de acusaciones de unos a otros (empresarios, operadores, maquinistas, políticos, sindicatos y fallas técnicas) todos son inocentes y los rumores y criticas se disparan hacia otro lado mientras el dolor de las víctimas y sus familias no tienen consuelo.
Francisco José Garzón Amo, conductor del Alvia que descarriló en Santiago de Compostela, dijo "la he jodido" ni bien pudo salir de la cabina de conducción donde quedo atrapado y tras el accidente participó en el rescate de algunos heridos. Unos minutos antes, todavía atrapado en la cabina del convoy que piloteaba, habló con la radio que lo comunicaba con la estación. Tenía contusiones y le dolía el cuerpo. "Espero que no haya muertos, porque caerán sobre mi conciencia", dijo entonces. Creo que la aceptación del problema es el principio de la solución del mismo, claro está que para la familia de las victimas ya no habrá solución a su dolor, pero al menos se podrá llegar a hacer justicia y comprender bien lo ocurrido y evitar replicas.
Lo más fácil es echar la culpa a la maquina “no funcionaron los frenos”, o a la infraestructura “no funcionaron las señales”, “el cambio se abrió”, etc, etc… hoy en día la tecnología le permite a los trenes, las señales, las vías y todo aquello inerte el don de “hablar”, con las cajas negras y cámaras permiten hacer pericias mas exactas sobre lo ocurrido. De manera, que la honestidad de aquel que lo vio todo, como el maquinista, creo que debe destacarse así como su colaboración a esclarecer el hecho.
Los maquinistas o empleados ferroviarios son responsables y le cabe la culpa de sus errores no son inocentes solo por el hecho de ser trabajadores, por ello, según su responsabilidad, es su paga, tampoco está bien echarle toda la culpa y aquellos que no supieron gestionar, invertir, capacitar, habilitar, supervisar, también tienen que pagar por sus errores.
Como en muchos crímenes siempre hay un autor intelectual y otro material del hecho, en estos últimos accidentes creo que esto queda de manifiesto y todos aquellos que cruzan responsabilidad seguramente tienen su cuota de autoría.
Lic. Guillermo Robino
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